El legado Sarasate:

El Real Conservatorio Superior de Música de Madrid recibió en 1909 uno de sus piezas más importantes: un violín Stradivarius que perteneció a Pablo Sarasate, conocido como Boissier-Sarasate. El nombre de Boissier se debe a su primer propietario, un comerciante genovés de ese apellido.

Sarasate se lo compró a Gand & Bernardel en 1888, por veinte mil francos, y nunca se llegó a tocar en público.

Sin duda el generoso legado fue fruto de las buenas relaciones del violinista con nuestro centro. La afinidad del músico con el Conservatorio de Madrid había sido fecunda durante toda su vida, aunque él se formó en el Conservatorio de París, y fue a aquel centro al que legó su otro Stradivarius, un violín fabricado por Antonio Stradivari en 1724, conocido como el Sarasate, y que fue el que usó en vida.

El violín llegó al centro en julio de 1909, de las manos de Tomás Bretón, el entonces Comisario Regio. En su testamento, Sarasate cedió este violín y 25.000 francos, que aumentó a 100.000, al Conservatorio de Madrid para la organización de un premio que llevara su nombre, y que terminaría convirtiéndose en el Premio Nacional de Violín.

En época de Sarasate el violín que legó al Conservatorio de Madrid también fue conocido como “el rojo”, seguramente por la intensidad y el magnífico estado de conservación de su barniz original. Data de 1713, según se lee en la etiqueta de su interior, de manera que se encuadra dentro del mejor periodo de producción del lutier cremonense, que engloba aproximadamente los años entre 1710 y 1720, siendo por ello uno de los mejores que se conservan del constructor de Cremona.

Publicaciones del siglo XIX y principios del XX, sobre violines italianos, lo mencionan como el quinto más bello entre las construcciones de ese luthier. En 2013 fue enviado a una exposición internacional realizada en el Ashmolean Museum de Oxford, que reunió los veintiún mejores violines conservados de Stradivari, y tras un análisis exhaustivo por parte de los especialistas en las obras del cremonense, llegaron a la conclusión de que es el tercer violín menos retocado, después de haber salido de las manos del lutier, y es el quinto violín en cuanto a calidad de sonido en el Mundo.

A través de la documentación conservada en el Archivo del Conservatorio conocemos parte de la trayectoria de esta pieza única, un maravilloso instrumento que hace ya más de 100 años tenemos la enorme suerte de custodiar.

Extractos del testamento de Pablo de Sarasate, y de los dos codicilos que redactó, que sirvieron para modificar su primera voluntad legataria:

Codicilo 2, del Legado Sarasate

 

 

 

Codicilo 1, del Legado Sarasate